30.03.2008
Tras diez años de experiencia mezclando medios audiovisuales en directo y un año completo de trabajo, en septiembre de 2007 The Light Surgeons estrenaban su obra magna en Troy, Nueva York -ciudad de origen del Tío Sam, donde se rodó gran parte del material. Desde entonces, sólo otros dos escenarios europeos habían albergado el titánico espectáculo ’True Fictions’, mezcla de documental, animaciones y música. Anoche, el Teatro Alameda de Sevilla se llenaba de pantallas -hasta cinco llegaban a convivir en algunos momentos- y siluetas para poner en pie, con un gran despliegue teconológico, un meritorio trabajo de puesta en escena.
Gracias al sistema multi-pantalla, asistíamos durante toda la actuación a las imágenes de los instrumentos que sonaban. Tomadas durante el proceso de grabación de la banda sonora, daban la sensación de directo que el montaje requería. No en vano, The Light Surgeons seleccionaron a 25 instrumentistas, cantantes, MC’s y poetas neoyorquinos para su interpretación. El resultado se traduce en una enorme riqueza de sonidos y estilos, ideal para acompañarnos en este viaje por las luces y las sombras de Norteamérica.
Folk, blues, hip-hop, jazz, downtempo, rap y 2-step para contar las historias reales y las ficciones de este país: sus raíces, la esclavitud, los indios nativos americanos, el Tío Sam y la guerra, el dinero, Irak y el 11-S, el consumo. En ese ir y venir de narraciones orales, asistimos a momentos brillantes, como el de los desfiles patrióticos en Troy o el de la canción-discurso ’Organised lies’. Pero, más allá del exquisito juego audiovisual y la elegancia de su escenografía, quedó el mensaje.
Y es que, felizmente, la maraña tecnológica en que se podía haber convertido ’True Fictions’ no palió su verdadera fuerza: el discurso. No en vano, The Light Surgeons apuestan por él recuperando los géneros que lo potencian, como el verdadero spoken word -donde la música también narra y la palabra puede hacer las veces de fondo- y el storytelling. A partir de ellos y gracias a su contaminación con las imágenes, se produce el milagro de una nueva forma de narrar y, en este caso, cuestionar las supuestas verdades y las poco consistentes fronteras entre realidad y ficción. De esta forma, The Light Surgeons parecen evidenciar la necesidad actual de mensajes frente al puro espectáculo que, por otro lado, también supone ’True Fictions’. Ecos de poesía y hip-hop para repensar el mundo.
No deja de resultar llamativo que el tono final de la actuación fuese esperanzador. Un canto a la libertad bienintencionado y necesario, en estos días de escrúpulos y recelos. Una defensa de la luz porque, como escribió Henri Barbusse:
La sombra no existe; lo que tú llamas sombra es la luz que no ves.