La interpretación en ZEMOS98: flamenco y performance

27.03.2008

Muchos dicen de Sevilla que tan sólo su nombre suena a arte. Con ese ya manido “Sevilla tiene un color especial” nuestra ciudad, para bien o para mal, se ha instalado en la memoria colectiva como un icono del flamenco. Y digo que para bien o para mal porque un enfoque tan reduccionista no puede ser bueno, por el simple hecho de dejar sin voz a gran parte de la ciudadanía.

El flamenco es elegante, es característico y muy sevillano, sevillano como tantas otras disciplinas que conviven en la misma ciudad. Sevilla es flamenca, pero también puede resultar cosmopolita e integradora. La multidisciplinariedad siempre ha ido de la mano del arte, y este hecho no podía pasar desapercibido en ZEMOS98.

Quedan todavía algunos días para que dé comienzo la feria de abril, pero el flamenco ya se deja notar a unos kilómetros del recinto ferial, en el centro de las artes de Sevilla. "Flamenco, acción y cintas MiniDV" es un taller impartido por Santi Barber y Curro Aix que se enmarca dentro de los Encuentros Regreso al Futuro de la 10a edición de ZEMOS98. Mediante su trabajo pretenden abrirle nuevos caminos al flamenco, que éste salga a la calle. El equipo crea desacostumbradas situaciones de interpretación de cante y baile flamenco bajo claves performativas en distintos lugares de la ciudad. La actuación, inesperada en cada uno de los lugares donde es recibida, es filmada emulando las grabaciones de videovigilancia.

Para conseguir este resultado todo el equipo se está tomando su labor muy en serio: duplican, incluso triplican el número de horas estipuladas para los talleres, horas que pasan ensayando en el patio del monasterio, visionando sus propios vídeos o saliendo a bailar a la calle. Las mañanas se convierten en tardes, y las tardes en noche, y los miembros del taller continúan en marcha. Apenas un descanso para descansar, y vuelta a la acción. Y lo más curioso de todo es que es voluntario: “por amor al arte”, nunca mejor dicho.

Entre los integrantes hay personas provenientes del mundo audiovisual, y también amantes del flamenco. Ambos compaginan sus labores con tal complicidad que a simple vista prácticamente es imposible distinguirlos a unos de otros. Curro Aix, uno de los directores, cuenta que “ocho de las diez personas que están en el taller vienen del mundo audiovisual y sólo dos personas se han inscrito en la parte de flamenco. Por ello el tema con el flamenco ha sido un trabajo de colaboración”, y reconoce que “flamencos viven más este tipo de propuestas porque no están familiarizados con este tipo de planteamientos”.

“Que el flamenco se meta en lugares nuevos” es la idea principal que Santi Barber, el otro director, tiene de la funcionalidad del taller. Explica que quieren experimentar con nuevas posibilidades narrativas para que “el flamenco se desenvuelva como arte en unas situaciones y estéticas a las que normalmente no recurre”. Y es que, como se cuestiona Curro, “¿por qué no pedirle al flamenco lo que se le pide, por ejemplo, a la danza contemporánea?”. En cualquier caso, lo que defienden es “que hay que apropiarse de los recursos que tenemos para la cultura y que son nuestros”. Y ¿qué más da desde dónde se parte si el resultado es arte?

El taller de flamenco no es el único en el que sus participantes han de actuar. También en el dirigido por Blanca Calvo, “Otros eclipses, relaciones entre tiempo cinematográfico y tiempo performativo” sus componentes recrean situaciones, aunque de muy distinta índole.
Cuestionar la lectura lineal de los sucesos es el eje conductor de todo el proceso. En este sentido a Blanca le interesa reflejar “cómo el tiempo se transforma y se articula dentro de un relato fílmico y cómo éste puede relacionarse con lo cotidiano y con un suceso inscrito en un espacio y un tiempo performativos”.

Se trata de moverse en el tiempo, aunque sin ninguna laboriosa máquina del tiempo a las que nos tienen acostumbradas las películas de segunda. Las herramientas son mucho más fáciles y tangibles: películas e interpretación. “El objetivo del taller es un poco trabajar en la búsqueda de la transformación del tiempo a partir de los materiales: el fragmento de una película preexistente y una performance en vivo”. La conductora del taller explica que con la combinación de estos dos elementos se puede “tener una nueva visión del conjunto”. Cuenta que “a veces sale un señor de una casa y llega a otro sitio sin haber visto el recorrido. Nuestra intención es mostrar cuáles son los objetivos de rellenar esos huecos de tiempo con los que se puede intervernir con una acción en vivo para que eso que a veces el cine oculta o que a veces acelera, o relentiza”. Quieren intervenir en esos fragmentos olvidados con “acciones que ellos van a hacer en vivo, con la manipulación de las imágenes sin postproducción”.

Los materiales con los que se trabajará se confeccionan entre todos: cada participante ha elegido un fragmento de una película que le interesaba. A partir de él revivirán lo que probablemente nunca existió. Joaquín Sabina decía que “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”. Sin embargo ahora, en ZEMOS98, todo lo que nunca sucedió puede ocurrir de nuevo.

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